Sumario: | Este libro explora la retórica y la práctica de las políticas públicas adelantadas por el Departamento del Estado, el Pentágono, el Congreso y el Comando Sur de los EEUU, y argumenta que el paradigma de "cero tolerancia" para las drogas ilegales proveía la arquitectura ideológica para la subsiguiente militarización de la política antinarcóticos. Los funcionarios de EEUU hicieron caso omiso de la complicidad del Estado colombiano con la brutalidad paramilitar, considerando los atropellos de estas fuerzas como evidencia de un Estado ausente y la expresión de una clase media frustrada. Sin embargo, para la población rural, la negación del nexo Estado-paramilitar funcionaba como una forma de terror estatal. Adicionalmente, el análisis examina cómo los activistas opuestos al Plan Colombia y los sujetos blanco de la intervención--civiles y funcionarios locales en el sur del país--promovían políticas públicas alternas, revelando en este proceso cómo las políticas pro derechos humanos operaban en la práctica.
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