Sumario: | En el ámbito sanitario de la apicultura no se considera a una abeja individualmente sino a la colmena, como si fuera un único ser vivo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que en el interior de una colmena se establece un microecosistema, ya que no solo alberga abejas y su cría, sino toda una diversidad de microorganismos (virus, bacterias, protozoos...) y otros animales (artrópodos:ácaros e insectos) que junto a las abejas viven en equilibrio.Sin embargo, cuando este equilibrio se rompe aparecen las enfermedades de las abejas. Además, el hecho de que una colmena posea unas condiciones ambientales estables y la convivencia estrecha de miles de individuos (hasta 50.000 abejas) hace que cualquier enfermedad no controlada se propague rápidamente, causando la muerte a la colonia en poco tiempo. Actualmente existen principalmente dos hechos que desequilibran la salud de una colmena: la varroasis (por ser un parásito exótico contra el cual las abejas melíferas aún no han desarrollado plenamente una estrategia defensiva) y la aplicación masiva de tratamientos sanitarios (principalmente contra la varroasis), que no solo atacan al causante de la enfermedad en cuestión, sino a otros microorganismos que mantienen a raya (dentro de este microecosistema) a otros patógenos, favoreciendo su aparición como nuevas enfermedades que cobran cada vez más importancia.Esto, unido al creciente uso de fitosanitarios, que causan intoxicaciones masivas de las abejas, constituyen el problema más importante actualmente: el síndrome del despoblamiento de las colmenas.
|