Sumario: | Las escuelas y los mercados nunca estuvieron próximos en la historia contemporánea. Allí donde una era la encargada de la transmisión del conocimiento, la promoción de los valores y la formación de las nuevas generaciones, el otro se dedicaba a la transacción de productos y servicios, en una lógica competitiva que poco o nada tenía que ver con sentidos ni trascendencias. Esta distancia se redujo casi completamente en Chile y en otras latitudes a partir de la década de los 80's, como parte de una revolución mayor que experimentó la sociedad chilena en sus relaciones entre Estado, mercado y ciudadanía.Desde entonces, y probablemente lejos de nuestra tradición republicana, los padres y apoderados se transformaron en clientes, los establecimientos educacionales en prestadores de servicio, el Estado en proveedor lejano de recursos a los administradores de colegios, los directores en captadores de matrícula, los estudiantes en unidades de subvención y registros de asistencia y el conocimiento y la formación integral en resultados de pruebas SIMCE que sirvieran para orientar a los "consumidores de educación"."Mercado escolar y oportunidad educacional: libertad, diversidad y desigualdad", el nuevo título de la Colección Estudios para la Educación del Centro de Estudios de Políticas y Prácticas en Educación y Ediciones UC, examina el comportamiento íntimo del sistema educacional chileno, tensionado entre incentivos y valores, entre clientes y ciudadanos, y analiza cuidadosamente las consecuencias e implicancias de una transformación cultural significativa, iniciada hace casi cuatro décadas, cuya relevancia se observa en el papel que la educación ha tomado en los debates políticos, académicos y ciudadanos actuales.
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