Sumario: | Desde hace varios años se viene insistiendo en la "crisis" de la ingeniería del software y en los desastres que los fallos de los productos software pueden llegar a causar en las organizaciones [Piattini et al., 2014]. En la evolución experimentada por la calidad de los sistemas informáticos se ha pasado de un tratamiento centrado fundamentalmente en la inspección y detección de errores en los productos software, a una aproximación más sistémica que considera otros componentes organizacionales que afectan a la calidad del software, y especialmente a los procesos de software. En efecto, en la actualidad, la calidad de cualquier producto software no puede ser asegurada simplemente probando el producto [Satpathy y Harrison, 2002]: es importante considerar que existe una correlación directa entre la calidad del producto obtenido y la calidad del proceso utilizado para su desarrollo [Fuggeta, 2000]. En este sentido, en los últimos años se han publicado diversos estudios y estándares en los que se exponen las buenas prácticas que se deben seguir para la mejora de la calidad de los diferentes componentes de los sistemas informáticos: procesos, proyectos, productos, servicios, etc.
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