Sumario: | La narrativa costarricense dio sus primeros pasos a finales del siglo XIX, con relatos y cuadros de costumbres que construyeron una representación de la nación que perduraría durante muchos años en el imaginario del costarricense.En este discurso literario el espacio nacional se reducía al campo, en particular al Valle Central y, así, al pueblo y a la casa familiar. El tiempo privilegiado era el pasado -una edad de oro donde todos los ciudadanos eran iguales- y convivían en una armonía idílica. Costa Rica se convertía, entonces, en una isla utópica habitada por una gran familia feliz.
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