Sumario: | Mediante la fijación del dióxido de carbono (CO2) de los cultivos, a través de la fotosíntesis, se producen alimentos y otros productos agrícolas esenciales. La sociedad actual parece haber olvidado que a la agricultura corresponde directamente proporcionar a los habitantes del mundo el alimento y la energía para que puedan realizar su actividad diaria, además de otros muchos productos, como tejidos, fármacos, etc. Además, la agricultura puede contribuir a mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), secuestrando carbono atmosférico y produciendo biocombustible. A diferencia de otros sectores, como la industria o el transporte, la agricultura es capaz, bajo un manejo apropiado, no sólo de reducir a cero las emisiones de CO2 a la atmósfera sino de capturarlo y almacenarlo como C orgánico en el suelo, o en la biomasa de la vegetación perenne, a la vez que puede minimizar las emisiones de metano (CH4) y óxido nitroso (N2O). Para valorar realmente el papel que la agricultura juega en la reducción de CO2 atmosférico es necesario conocer cuánto CO2 de la atmósfera puede capturar la agricultura y cuánto tiempo éste puede permanecer secuestrado sin que retorne a ella. No sólo importa cuánto CO2 se elimina de la atmósfera sino cuanto tiempo permanece estabilizado sin volver a emitirlo, y de nuevo pasar a formar parte del problema; en este sentido la agricultura no se diferencia mucho del papel que desempeña un bosque.
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