Sumario: | Año 1927, un momento floreciente para la industria del cine en Estados Unidos, cuando se estaban haciendo los primeros ensayos para el cine sonoro; uno de los personajes más destacados de esa industria, Harry Warner (fundador de Warner Bros. Pictures Inc.), se expresó con la siguiente frase: «¿Quién demonios querrá oír hablar a los actores en el cine?». Está claro que Harry Warner desconfiaba, en ese momento, del éxito que pudiera tener semejante evolución tecnológica y dudaba de la conveniencia de dedicar esfuerzo e inversión económica para desarrollarla. Duda que, le pudiera haber llevado a cometer un gran error. En ese momento era incapaz de valorar el interés de esa transformación. Le faltaban datos. El señor Warner hablaba con el único fundamento de su experiencia e intuición.
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