Sumario: | Al oír la palabra adolescente muchos padres sienten inquietud, incluso algunos pueden llegar a tener miedo. Temen a esa edad especial en la que el bueno de su hijo/hija cambia radicalmente de chip y se transforma en otro/otra persona diferente, imprevisible y en ocasiones casi incomprensible. Ya dijo acertadamente el gran pediatra J.M. Tanner que la única cosa constante en la adolescencia es el cambio. Sí, cambios constantes, tanto físicos como psíquicos, y además de una manera rápida, en pocos años. Muchos padres no pueden seguir el ritmo de esa evolución exprés, de esta crisis de su hijo/a. Algunos, demasiados, no la comprenden, otros no están preparados para hacerlo o no tienen tiempo para dedicarles porque pasan muchas horas en su trabajo. Y sin embargo es necesario entenderla. En los momentos de cambio y crisis, como es ese importante periodo de transformación del niño en adulto, es cuando los hijos más necesitan tanto el apoyo y el afecto de los padres como sus conocimientos y cuidados.
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