Sumario: | Los británicos prosperaban en Buenos Aires en la época de Rosas. Según Lucio Mansilla, ( en aquellos días ser inglés era una suerte). Rosas estaba en contacto con los británicos en todas partes. Traficaba con sus mercaderes, admitía a sus emigrantes, vendía tierras a quienes querían afincarse. En la casa de gobierno conversaba con sus diplomáticos, en la pampa cabalgaba por sus posesiones. Buenos Aires confiaba en sus fábricas, en sus barcos y sus comercios; pero aún no necesitaba de sus bancos ni de su tecnología: tomaba sus propias decisiones y nunca se puso en duda su independencia. Los ingleses residentes estaban lejos de participar en un plan imperial anglosajón; su propio gobierno los trataba con honda indiferencia cuando no con una protección deleznable que les hacia más mal que bien. De ahí que el gobierno de Rosas no los molestara y que ellos se fueran instalando poco a poco y hundiendo calladamente sus raíces en esta ciudad.
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