Sumario: | Detrás de toda gran idea hay un gran planner. Lo que sucede es que en ocasiones el planner no lo sabe. Y no lo sabe porque en su tarjeta pone redactor, o director de arte o director de cuentas... o recepcionista. Antón sí lo supo. Y lo que es más importante, lo supo justo a tiempo. De no haber sido así, el libro que tienes en tus manos no existiría y yo no estaría escribiendo este prólogo. Yo conocí a Antón en sus comienzos, cuando entró a trabajar en Vitruvio 30. Antes de que aquella agencia pasara a llamarse primero Vitruvio Leo Burnett y más tarde Leo Burnett, sin Vitruvio. Era redactor. Pero un redactor muy raro. Impecable como creativo, aunque, eso sí, con una característica muy peculiar: Antón investigaba en todas direcciones.
|