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|a Durante casi toda su vida, los diarios de vida y los diarios de viaje de Juan Emar se confunden con un solo corpus compuesto por libretas, cuadernos, postales y manuscritos de distintos tamaños y variadas extensiones. Viajar y escribir fueron dos pulsiones que siempre lo acompañaron. En una carta a su amigo Luis Vargas Rozas, Emar anota: "Tú sabes que los camellos cuando tienen la joroba llena de grasa pueden vivir sin comer hasta que se les desinfla. Nosotros lo mismo (él y Vicente Huidobro). Europa nos llena la joroba espiritual e intelectual, y en Chile se nos gasta. Una vez gastada... o se vuelve a llenar o se fallece".Tal como en sus diarios, su obra literaria pareciera ser un eslabón más de una obra concebida como una compleja autobiografía. Su escritura íntima -privada- guarda otra en su interior, la que integra a su ficción. Emar concibió toda su creación como el fruto de un trabajo en permanente construcción, nunca el resultado de la "inspiración".
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