Sumario: | Vivimos tiempos trepidantes. Únicos. Jamás fue tan fácil trascender, importar o molestar. Como especie, hemos entendido milenariamente el paso del tiempo de forma lineal, pero las revoluciones técnicas, industriales y de conocimiento nos han obligado a adaptarnos a un entorno que, en realidad, cambiaba de manera cada vez más rápida y exponencial. Por ello, la celeridad es ya un potente catalizador inserto ennuestro ADN social; inoculación digital que precipita la cantidad de información que podemos asumir en una hora, un día, una semana o un mes. Una sensación que años atrás hubiera sido impensable incluso para los más prospectivos.
|