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|a Mario tenía 6 años, acababa de empezar el primer curso de primaria y ya preguntaba: «Mamá, ¿qué tengo que hacer para ir a trabajar?». Mario no quería ir al colegio. No es que no le gustara aprender, es que no podía hacerlo de la forma y al ritmo que lo hacían sus compañeros. Así empieza el camino de sufrimiento y fracaso que aleja a muchos niños del mundo escolar y que les lleva a constituir el 30% del fracaso escolar que hay en nuestro país. ¿Fracasan ellos? No, fracasamos los adultos cuando no sabemos dar respuesta a sus necesidades de aprender de forma diferente. Este libro nos habla de las dificultades de aprendizaje y de un método de lectura para aprender a leer de otra manera, mediante el juego, pero trabajando. El método refuerza los aspectos cognitivos que sustentarán las habilidades de lectura. Desde casa, con un ordenador y convirtiendo la lectura en un juego, el niño entrena con el método Glifing entre 15 y 20 minutos al día, 4 días a la semana. Las sesiones se pautan de manera graduada, al ritmo de aprendizaje y evolución del usuario. Glifing evalúa automáticamente los avances del niño y se adapta a sus nuevas necesidades. El niño mejora en actitud y en autoestima; toma conciencia de que comete menos errores y ve cómo aumenta su velocidad lectora. Este libro es fruto del trabajo de muchas personas del mundo de la ciencia, de las escuelas y de las familias, pero, sobre todo, es fruto del trabajo de una madre que quería ayudar a su hijo y a todos los niños que, como a él, les cuesta aprender a leer.
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