Sumario: | Hoy en día, los criterios profesionales que acompañan a la educación infantil no pueden ser solo técnicos. Los procesos de crianza necesitan espacios y tiempo para compartir y aprender, espacios comunitarios, espacios de cooperación en los que el acompañamiento de profesionales y otras familias refuercen el sentimiento de pertenencia a la propia comunidad y ayuden a percibir de manera positiva las competencias que padres y madres tienen como primeros educadores de sus hijos. Por su complejidad, estos procesos piden ser analizados desde una perspectiva social, psicológica y educativa, de forma absolutamente integrada, reforzando los elementos básicos para una intervención educativa que favorezca el desarrollo de los niños, teniendo en cuenta que un servicio educativo para estas edades se configura desde un mundo de afectos donde se acompaña el crecimiento no solo de los niños, sino también de los adultos que participan en él. Por este motivo, tiene sentido plantear qué clase de servicios, qué concepto de niños y qué profesionales deben acompañar estos procesos en un contexto de desarrollo. De aquí la importancia de priorizar la inversión pública en la creación de redes de recursos y servicios educativos de calidad, con el fin de promover una verdadera cultura de la pequeña infancia en un contexto comunitario y de proximidad.
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