Sumario: | No hace muchos años se extendió la idea de que las empresas tenían que crecer para subsistir. Cuanto más grande fuese la empresa más posibilidades tenía de evitar su desaparición. Y esto lo avalaba el hecho de que ninguna de las grandes multinacionales había quebrado. No hasta que llegaron los casos Enron, Parmalat, General Motors, Lehman Brothers y Kodak, entre otros.Quizá fue ese el momento en el que comenzamos a pensar en el cómo. No basta con crecer, hay que crecer bien. Hay que saber cómo hacerlo. Un crecimiento mal planificado o mal ejecutado puede conducir al desastre por falta de financiación, por insuficiencia de instalaciones y tecnología, o por una inadecuada capacitación de las personas. Son muchas las guerras que se han perdido por una expansión mal planificada: un fallo en la cadena de suministros por una mala gestión de la logística, la falta de adaptación a un medio hostil desconocido, la escasez de recursos para atender a numerosos frentes, etc.
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