Sumario: | Pocos conocen que la Batalla de Almansa también tuvo como consecuencia una significativa re presión simbólica: la Senyera Valenciana fue guardada en un arcón. Los vencedores, abanderados de la centralización castellana, la consideraban un símbolo de las libertades nacionales valencianas que debían ser olvidadas para siempre. Pero no lo consiguieron. La Senyera estaba bien arraigada entre los valencianos desde que nació en 1377, por privilegio del rey Pedro el Ceremonioso. A pesar de la represión borbónica, los valencianos mantuvieron viva la memoria de la Senyera du rante el siglo XVIII hasta que Vicent Boix, el gran precursor de la Renaixença, la rescató definitiva mente. La Senyera fue protagonista principal de los orígenes del nacionalismo valenciano a principios del siglo XX, de las manifestaciones pro Estatuto de los años 30 y en la posterior Guerra Civil, como símbolo asociado al republicanismo. En los primeros años del franquismo, la Senyera no fue tolerada pero el cariño popular hizo que fuera tímidamente reestablecido su uso, lejos del protagonismo polí tico que había tenido y que recuperaría en la transición.La historia de la Senyera es también la historia de la identidad valenciana. Y la vitalidad del símbolo es la medida de la vitalidad identitaria del pueblo. La Senyera, 636 años después de su nacimiento, tiene pendiente su gran reto: volver a ser símbolo de libertad y encabezar la supervivencia de los va lencianos en un mundo globalizado y cada vez más homogeneizado.
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