Sumario: | Se ha vuelto un lugar común decir que el movimiento estudiantil del 68 inició cambios políticos fundamentales en el país, pero la Historia de esta gran movilización se ha vuelto un cuasimonopolio de una vertiente de dicho movimiento. Sus intelectuales son una parte de los triunfadores, de la nueva clase política, de los mandarines de la academia universitaria y de las artes, fieles guardianes actuales de la institucionalidad. Estos son los que han construido la memoria histórica hegemónica, son de aquellos que aceptaron en su momento la apertura democrática del presidente Echeverría o el liberalismo social de Salinas de Gortari. En su versión de la Historia del movimiento estudiantil de los sesenta y setenta pareciera que éste quedase reducido al del 68, cuando, como veremos en este texto, múltiples movimientos en provincia lo anunciaron y no terminó con la represión del 2 de octubre, sino se continuó en provincia con rasgos cada vez más acentuados de radicalidad con respecto del 68.
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