Sumario: | Esta obra es una reflexión en torno a las transformaciones corporales. En ella, la cirugía cosmética se piensa en su complejidad, en su carácter de dispositivo de poder, es decir, como ese conjunto de relaciones que se establecen entre elementos heterogéneos: prácticas, discursos, instituciones, arquitectura, reglamentos, leyes, medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones morales, filosóficas, lo dicho y lo no-dicho. Al mismo tiempo y dado su carácter como productora de mundos posibles, de mundos alternativos, para quienes ven en ella la llave maestra para modificar su estado o estados de las cosas, de construir un mundo como nos gustaría que fuera a partir de una apariencia como la que desearíamos tener. Al respecto, sostiene que las prácticas consecutivas de la cirugía cosmética profundizan en la insatisfacción con el propio cuerpo, al mismo tiempo que algunas mujeres están siempre pendientes de la próxima operación antecedida por otra, con lo que se va profundizando la llamada “fragmentación del sujeto”. Para la especialista en estudios del cuerpo, este concepto no es más que la no aceptación del propio cuerpo que se traduce en reiteradas intervenciones o en la práctica de varias operaciones a la vez. La inconformidad con nosotros mismos psicológicamente se deposita en la “corporalidad”. Afirma que los cirujanos sostienen que debido a este efecto los individuos se pueden someter a todas las cirugías que deseen, sin embargo, después de la tercera o cuarta es necesario pensar en una consulta psicológica.
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