520 |
|
|
|a A diez años de su muerte, la obra de José Gaos, por sí misma, ha mostrado sus alcances. Con Gaos cabe repetir aquellas palabras en las que la Biblia habla de la muerte de Job: "Y llegó a la vejez y a la muerte, como el tribo que se corta a su tiempo". Sus hijos intelectuales y los hijos de sus hijos se reprodujeron. Si simiente, en los años que han seguido a su muerte, ha alcanzado extraordinaria riqueza. Las inquietudes que él sembró al ser enviado al éxodo como parte de esa gigantesca diáspora a que se vio obligada una gran parte de la España al término de la guerra civil, ha dado grandes frutos. Este libro es algo más que un estudio sobre la filosofía mexicana, algo que ha alcanzado validez para preocupaciones semejantes surgidas en el resto de la América Latina. Una problemática que ahora es ya atendida y reconocida en los mismos centro de la cultura que a sí misma se titula universal, en Europa y los Estados Unidos. A este trabajo se agrega un apéndice, el cual contiene importantes puntos de vista de Gaos sobre quienes trabajan en este mismo campo, animados por la misma preocupación. Puntos de vista que complementan su libro. Análisis de libros como el de Samuel Ramos de que hablamos, de Alfonso Reyes y otros. Cartas sobre un libro de Leopondo Zea y otro de Edmundo O'Gorman, ambos cercanos a su magisterio. Un trozo de sus Confesiones profesionales en el que habla de sus discípulos que, para él, representaban la justificación permanente de su obra. La obra de un hombre que plantó sus tiendas en América para sembrar preocupaciones comunes. Siembra que ha dado ya frutos; frutos comunes en la España metropolitana y la España "empatriada" en América.
|